sábado, 5 de diciembre de 2020

LA MONTAÑA MÁGICA


Aprovecho que ayer cayeron los primeros copos de nieve para invitaros a leer un clásico de la literatura que colmará vuestras tardes otoñales en penumbra. 

Es cierto que desde que leí La montaña mágica de Thomas Mann, pocos libros de prosa me han colmado tanto... 

En él se encuentran todas las cuestiones importantes del ser humano, a saber, el trabajo, el deber, la insatisfacción, la esperanza, la salud, el amor, la familia, la vida, la muerte, la amistad, la naturaleza...

La montaña mágica narra la historia del joven Hans Castorp y su vivencia, durante siete años, en un sanatorio de montaña situado a 1.500 metros de altitud. Es una novela sobre el tiempo, que parece transcurrir a otro ritmo cuando uno se encuentra en un lugar remoto, aislado del mundo, y de cómo el lugar y la naturaleza va moldeando la personalidad de los que la habitan. 






Esta novela filosófica es una lectura de invierno, ya que el paisaje nevado de alta montaña que describe nos invita a sumergirnos en la trama a la par que en nuestro sofá, mientras vamos devorando capítulo tras capítulo, tapados con nuestra mantita.

Quizá mi lugar de residencia actual se parezca algo a ese escenario de Davos en Suiza... Consciente o inconscientemente, las zonas de montañas me resultan siempre sugerentes y mágicas, y allí es donde termino asentándome.





En verdad, este clásico de la literatura alemana del siglo XX es uno de los mejores aliados para afrontar el frío y los días cortos de la estación invernal hacia la que nos dirigimos, ya que la falta de luz favorece la introspección y la lectura. 

Son mil páginas que se leen con asiduidad y delectación, en las que no hay nada superfluo (algo difícil de conseguir en una novela tan extensa); uno se recrea en una prosa deliciosa, y cuando acaba el libro es como si hubiese culminado una etapa de su vida —es lo que tienen los clásicos literarios, que se convierten inevitablemente en un brevario de aprendizaje—.

No me ha pasado con muchas lecturas pero... ¿se puede echar de menos un libro? Yo pensaba que no, hasta que leí La montaña mágica de Thomas Mann (premio Nobel de literatura en 1929)Desde entonces, todos mis inviernos están indefectiblemente ligados a él.

Thomas Mann (1ª ed.), Der Zauberberg, Alemania, 1924.

Recomiendo leer la traducción al castellano de Isabel García Adánez. 



Thomas Mann (14ª ed.), La montaña mágica, Barcelona, Edhasa, 2009. 

Leer más reseñas: "La peste" de Albert Camus.

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